miércoles, 30 de septiembre de 2009

La esencia del neoliberalismo

Sección lecturas escogidas para integrantes del Centro de Estudios

Pierre BOURDIEU - Mayo de 1998
El mundo económico ¿es realmente, como pretende la teoría dominante, un orden puro y perfecto, que desarrolla de manera implacable la lógica de sus consecuencias previsibles, y dispuesto a reprimir todas las transgresiones con las sanciones que inflige, bien de forma automática o bien - más excepcionalmente- por mediación de sus brazos armados, el FMI o la OCDE, y de las políticas que estos imponen: reducción del coste de la mano de obra, restricción del gasto público y flexibilización del mercado de trabajo? ¿Y si se tratara, en realidad, de la verificación de una utopía, el neoliberalismo, convertida de ese modo en programa político, pero una utopía que, con la ayuda de la teoría económica con la que se identifica, llega a pensarse como la descripción científica de lo real?
Esta teoría tutelar es una pura ficción matemática basada, desde su mismo origen, en una formidable abstracción, que, en nombre de una concepción tan estrecha de la racionalidad, identificada con la racionalidad individual, consiste en poner entre paréntesis las condiciones económicas y sociales respecto a las normas racionales y de las estructuras económicas y sociales que son la condición de su ejercicio.
Para percibir la dimensión de estos aspectos omitidos, basta pensar en el sistema de enseñanza, que jamás se tuvo en cuenta en tanto que tal en un momento en el que desempeña un papel determinante en la producción de bines y servicios, así como en la producción de los productores. De esta especie de pecado original, inscrito en el mito walrasiano (1) de la "teoría pura", derivan todas las carencias y las ausencias de la disciplina económica, y la obstinación fatal con la que se pega a la oposición arbitraria a la que da lugar, por su sola existencia entre la lógica propiamente económica, basada en la competencia y portadora de eficacia, y la lógica social, sometida a la regla de la equidad.
Dicho esto, esta "teoría" originariamente desocializada y "deshistorizada" tine hoy más que nunca los medios de convertirse en verdad, empíricamente verificable. En efecto, el discurso neoliberal no es un discurso como los otros. A la manera del discurso psiquiátrico en el sanatorio, según Erving Goffman (2), es un "discurso fuerte", que si es tan fuerte y tan difícil de combatir es porque dispone de todas las fuerzas de un mundo de relaciones de fuerza que él contribuye a hacer tal y como es, sobre todo orientando las opciones económicas de los que dominan las relaciones económicas y sumando así su propia fuerza, propiamente simbólica, a esas relaciones de fuerza. En nombre de ese programa científico de conocimiento, convertido en programa político de acción, se lleva a cabo un inmenso trabajo político (negado en tanto que es, en apariencia, puramente negativo) que trata de crear las condiciones de realización y de funcionamiento de la "teoría"; un programa de destrucción metódica de los colectivos.
El giro hacia la utopía neoliberal de un mercado puro y perfecto, posibilitado por la política de desregulación financiera, se realiza a través de la acción transformadora y, hay que decirlo muy claro, destructora de todas la medidas políticas (la más reciente de éstas es el A.M.I., Acuerdo Multilateral de Inversiones, destinado a proteger a las empresas extranjeras y sus inversiones contra los Estados nacionales), tendientes a poner en tela de juicio todas las estructuras colectivas capaces de obstaculizar la lógica del mercado puro : nación, cuyo margen de maniobra no deja de disminuir; grupos de trabajo con, por ejemplo, la individualización de los salarios y de las carreras en función de las competencias individuales y la atomización de los trabajadores, sindicatos, asociaciones, cooperativas; incluso familia, que, a través de la constitución de mercados por "clases de edad", pierde una parte de su control sobre el consumo.
El programa neoliberal, que extrae su fuerza social de la fuerza político - económica de aquellos cyos intereses expresa (accionistas, operadores financieros, industriales, políticos conservadores o socialdemócratas convertidos a la deriva cómoda del laisser - faire, altos ejecutivos de las finanzas, tanto más empecinados en imponer una política que predica su propio ocaso cuanto que, a diferencia de los técnicos superiores de las empresas, no corren el peligro de pagar, eventualmente, sus consecuencias), tiende a favorecer globalmente el desfase entre las economías y las realidades sociales, y a construir de este modo, en la realidad, un sistema económico ajustado a la descripción teórica, es decir, una especie de máquina lógica, que se presenta como una cadena de restricciones que obligan a los agentes económicos.
La mundialización de los mercados financieros, junto al progreso de las técnicas de información, garantiza una movilidad sin precedentes de capitales y proporciona a los inversores, preocupados por la rentabilidad a corto plazo de sus inversiones, la posibilidad de comparar de manera permanente la rentabilidad de las más grandes empresas y de sancionar en consecuencia los fracasos relativos. Las propias empresas, colocadas bajo semejante amenaza permanente, deben de ajustarse de forma más o menos rápida a las exigencias de los mercados, so pena, como se ha dicho, de "perder la confianza de los mercados", y, al mismo tiempo, el apoyo de los accionistas que, preocupados por una rentabilidad a corto plazo, son cada vez más capaces de imponer su voluntad a los managers, fijarles normas (a través de las direcciones financieras) y de orientar sus políticas en materia de contratación, de empleo y de salarios.
De este modo se instaura el reino absoluto de la flexibilidad, con la extensión de los contratos temporales o los interinatos, y los "planes sociales" reiterados y, en el propio seno de la empresa, la competencia entre filiales autónomas, entre equipos empujados a la polivalencia y, en definitiva, entre individuos, a través de la individualización de la relación salarial: fijación de objetivos individuales; entrevistas individuales de evaluación; evaluación permanente; subidas individualizadas de salarios o concesión de primas en función de la competencia y del mérito individuales; carreras individualizadas; estrategias de "responsabilización" tendientes a asegurar la autoexplotación de algunos técnicos superiores que, meros asalariados bajo fuerte dependencia jerárquica, son considerados a la vez responsables de sus ventas, de sus productos, de su sucursal, de su almacén, etc., como si fueran "independientes"; exigencia de "autocontrol" que extiende la "implicación" de los asalariados, según las técnicas de la "gestión participativa", mucho mós alló de los empleos de técnicos superiores. Técnicas todas ellas de dominación racional que, mediante la imposición de la superinversión en el trabajo a destajo, se concitan para debilitar o abolir las referencias y las solidaridades colectivas (3).
La institución práctica de un mundo darwinista de lucha de todos contra todos, en todos los niveles de la jerarquía, que halla los resortes de la adhesión a la tarea y a la empresa en la inseguridad, el sufrimiento y el stress, no podría triunfar tan completamente, sin duda, de no contar con la complicidad de las disposiciones precarizadas que produce la inseguridad y la existencia - en todos los niveles de la jerarquía, hasta en los niveles más elevados, especialmente entre los técnicos superiores - de un ejercito de reserva de mano de obra domeñada por la precarización y por la amenaza permanente del paro. En efecto, el fundamento último de todo este orden económico situado bajo el signo de la libertad, es la violencia estructural del paro, de la precariedad y de la amenaza de despido que implica: la condición del funcionamiento "armonioso" del modelo micro-económico individualista es un fenómeno de masas, la existencia del ejercito de reserva de los parados.
Los efectos visibles del modelo
Esta violencia estructural pesa también sobre lo que llamamos el contrato de trabajo (sabiamente racionalizado y desrealizado por la "teoría de los contratos"). El discurso de empresa nunca había hablado tanto de confianza, de cooperación, de lealtad y de cultura de empresa como en una época en la que se obtiene la adhesión de cada instante haciendo desaparecer todas las garantías temporales (las tres cuartas partes de los contratos son temporales, no cesa de crecer la parte de empleos precarios y el despido individual tiende a no estar ya sometido a ninguna restricción).
Vemos así cómo la utopía neoliberal tiende a encarnarse en la realidad de una especie de máquina infernal, cuya necesidad se impone a los propios dominadores. Esta utopía - como el marxismo en otros tiempos, con el cual, desde este planteamiento, tiene muchos puntos en común - suscita una formidable creencia, la free trade faith (la fe en el librecambio), no sólo entre los que viven de ella materialmente, como los financieros, los patronos de las grandes empresas, etc., sino también entre los que extraen de ella su razón de existir, como los altos ejecutivos y los políticos, que sacralizan el poder de los mercados, en nombre de la eficacia económica, que exigen el levantamiento de las barreras administrativas o políticas susceptibles de importunar a los detentadores de capitales en la búsqueda puramente individual de la maximización del beneficio individual, instituida en modelo de racionalidad, que quieren bancos centrales independientes, que predican la subordinación de los Estados nacionales a las exigencias de la libertad económica para los amos de la economía, con la supresión de todas las reglamentaciones en todos los mercados, empezando por el mercado de trabajo, la prohibición de los déficits y de la inflación, la privatización generalizada de los servicios públicos y la reducción del gasto público y del gasto social.
Los economistas vinculados al neoliberalismo, sin compartir necesariamente los intereses económicos y sociales como verdaderos creyentes, tienen los suficientes intereses específicos en el campo de la ciencia económica como para aportar una contribución decisiva, cualesquiera que sean sus impresiones respecto de los efectos económicos y sociales de la utopía que visten de razón matemática, en la producción y en la reproducción de la creencia en la utopía neoliberal. Como están separados a lo largo de toda su existencia y, sobre todo, por su formación intelectual, casi siempre puramente abstracta, libresca y teoricista, del mundo económico y social tal como es, se muestran particularmente inclinados a confundir las cosas de la lógica con la lógica de las cosas.
Participan y colaboran en un formidable cambio social y económico - confiando en modelos que tunca tuvieron la oportunidad de someter a la prueba de la verificación experimental, propensos a mirar desde arriba los logros de las otras ciencias históricas, en las que no reconocen la pureza y la transparencia cristalina de sus juegos matemáticos, y cuya profunda necesidad y su capacidad suelen ser incapaces de comprender - que, pese a que algunas de sus consecuencias les causan horror (pueden cotizar para el Partido Socialista y dar meditados consejos a sus representantes en las instancias de poder), no puede disgustarles ya que, aun a riesgo de algunos fallos, imputables a lo que ellos llaman a veces "burbujas especulativas", tiende a hacer realidad la utopía ultraconsecuente (como ciertas formas de locura) a la que consagran su vida.
Y, sin embargo, el mundo está ahí, con los efectos inmediatamente visibles de la puesta en práctica de la gran utopía neoliberal: no sólo la miseria cada vez mayor de las sociedades más avanzadas economicamente, el crecimiento extraordinario de las diferencias entre las rentas, la desaparición progresiva de los universos autónomos de producción cultural, cine, edición, etc., por la imposición intrusista de los valores comerciales, sino también y sobre todo la destrucción de todas las instancias colectivas capaces de contrapesar los efectos de la máquina infernal, a la cabeza de las cuales está el Estado, depositario de todos los valores universales asociados a la idea de público, y la imposición, generalizada, en las altas esferas de la economía y del Estado, o en el seno de las empresas, de esta especie de darwinismo moral que, con el culto del "triunfador", formado esencialmente en las matemáticas superiores, instaura como normas de todas las prácticas la lucha de todos contra todos y el cinismo.
¿Cabe esperar que el volumen extraordinario de sufrimiento que produce semejante régimen político-económico llegue un día a ser el origen de un movimiento capaz de parar la carrera hacia el abismo? De hecho, nos encontramos aquí ante una extraordinaria paradoja: en tanto que los obstáculos encontrados reiteradamente en el camino de la realización del otro orden - el del individuo solo, pero libre - se consideran hoy imputables a rigideces y a arcaísmos, y mientras que cualquier intervención directa y consciente, al menos cuando viene del Estado, es desacreditada de antemano, es decir, conminada a desaparecer en beneficio de un mecanismo puro y anónimo, el mercado (olvidamos con frecuencia que éste es también el ámbito del ejercicio de los intereses), en realidad, la permanencia o la supervivencia de las instituciones y de los agentes del orden antiguo a punto de ser desmantelado, y todo el trabajo de todos los niveles de trabajadores sociales, y también todas las solidaridades sociales, familiares y muchas más, es lo que hace que el orden social no se hunda en el caos a pesar del volumen creciente de la población precarizada.
El paso al "liberalismo" se ha realizado de manera insensible, o sea imperceptible, como la deriva de los continentes, ocultando así a las miradas sus más terribles efectos a largo plazo. Efectos que, paradojicamente, también son disimulados por las resistencias que suscita ya por parte de los que defienden el orden antiguo bebiendo en las fuentes que encerraba, en las solidaridades antiguas, en las reservas de capital social que protegen toda una parte del orden social presente de su caída en la anomía. (Capital que si no se renueva, ni se reproduce, está abocado a su depauperación, pero cuyo agotamiento no es para mañana).
Pero esas mismas fuerzas de "conservación", a las que no es tan fácil tratar como fuerzas conservadoras, son también, bajo otra relación, fuerzas de resistencia contra la instauración del orden nuevo, que pueden terminar siendo fuerzas subversivas. Y si, por consiguiente, podemos guardar alguna esperanza razonable, es porque todavía existe, en las instituciones estatales y también en las disposiciones de los agentes (en especial, los más vinculados a esas instituciones, como la pequeña aristocracia funcionarial), de tales fuerzas que, bajo la apariencia de defender simplemente - como se les reprochará en seguida -un orden desaparecido y los "privilegios" correspondientes, deben ciertamente (para resistir la prueba) afanarse en inventar y construir un orden social que no tenga por única ley la búsqueda del interés egoísta y la pasión individual del beneficio, que prepare el camino a colectivos orientados a la consecución racional de fines colectivamente elaborados y aprobados.
¿Cómo no hacer un sitio especial, entre estos colectivos, asociaciones, sindicatos, partidos, al Estado, Estado nacional o, mejor todavía, supranacional, es decir, europeo (etapa hacia un Estado mundial), capaz de controlar y de imponer eficazmente los beneficios obtenidos en los mercados financieros y, sobre todo, de contrapesar la acción destructora que estos últimos ejercen sobre el mercado de trabajo, organizando, con la ayuda de los sindicatos, la elaboración y la defensa del interés público que, se quiera o no, no saldrá nunca, ni siquiera al precio de algunos errores en la escritura matemática, de la visión de contable (en otra época se hubiera dicho "de tendero") que la nueva creencia presenta como la forma suprema de la realización humana.
Notas
(1) NDLR: en referencia a Auguste Walras (1800-1866), economista francés, autor De la nature de la richesse et de l'origine de la valeur (1848); fue uno de los primeros que intentó aplicar las matemáticas al estudio económico.
(2) Erving Goffman, Asiles, Etudes sur la condition sociale des malades mentaux, Editions de Minuit, Paris, 1968
(3) Sobre todo esto, cabe remitirse a los dos números de las Actes de la recherche en sciences sociales dedicadas a las "Nouvelles formes de domination dans le tranail" (1 y 2), n°114, septiembre de 1996, y n°115, diciembre de 1996, y muy especialmente a la introducción de Gabrielle Balazs y Michel Piatoux, "Crise du travail et crise du politioque", n°114.

martes, 29 de septiembre de 2009

Política y espectáculo: En la cancha se ven los gallos.


Por Omar Cid


Arrate, con tranquilidad, precisión y una cuota de humor, se impuso en el debate televisivo organizado por TVN, lo que en ningún caso implica un gran despegue en las encuestas, pero deja en el aire la constatación que existe un sector político y social con historia y propuestas distintas para el país.


Con un formato rígido, donde los candidatos deben privilegiar la síntesis, con ideas muy condensadas y con escaso tiempo para réplicas, se dio inicio a la campaña electoral en la televisión abierta.

Tres de los cuatro candidatos se mostraron tensos desde el inicio, tres de cuatro postulantes a La Moneda, usaron ternos oscuros y uno de ellos con un traje bastante más claro, marcó la diferencia en el uso de colores y moda.

Dos de los cuatro candidatos se tiñen el pelo; y ocultan su edad dando rienda suelta al deseo de ser permanentemente jóvenes, el más joven de los postulantes, buscó mostrarse como un candidato digno a la Primera Magistratura y lo logró, el último de los postulantes no oculta sus canas, y se expone a los espectadores, generando un ambiente cálido.

El público entonces, tiene ante sus pantallas la posibilidad de observar: posturas, rostros y el uso del lenguaje tanto corporal como discursivo.

Enríquez, pide cancha
Marco Enríquez, se presentaba a la audiencia por primera vez como un posible Presidente de la República, sus problemas de dicción los trabajó bastante. Sin embargo, todavía quedan frases y palabras imposibles de entender, se veía incómodo en el esquema donde la precisión juega un papel trascendental, de hecho el periodista Alejandro Guillier, le llamó la atención varias veces por excederse en el tiempo.

Su discurso estuvo marcado por la reforma tributaria que permitiría mejorar los planes sociales y de educación, fue el más incisivo de los candidatos, al cuestionar a Frei, por el tema de las construcciones de viviendas, a Piñera por el despilfarro electoral y en especial por los silencios, en cuanto a temas como los criminales de cuello y corbata, hizo guiños a Arrate, con quien no entró en conflicto.

En términos futbolísticos, el debutante (MEO) se desempeñó en la cancha de modo correcto, dio algunos pases errados, disparó un par de veces al arco de los contrarios, dando en los postes y obteniendo el aplauso de la galería.

Eduardo Frei, el polifuncional
Eduardo Frei, no es un hombre de grandes discursos, cuando interpeló al candidato de la derecha con el informe internacional de transparencia, su voz se volvió insegura, balbuceó (tribunal) luego corrigió, fue de menos a más, centrando algunas ideas fundamentales como: más Estado para solucionar los problemas de la gente, desarrollo de un plan de reinserción para los jóvenes y familias en peligro social, regulación del sistema privado de enseñanza universitaria, búsqueda de calidad en educación y reformas laborales.

Se sintió incómodo con el ataque directo de Enríquez, por el argumento de la construcción de casas, no así con la réplica de Piñera, en cuanto a sus bienes. Su mensaje final, fue lo más logrado de la noche.

Estamos frente a un jugador discreto, que sin embargo, tiene la particularidad de ser polifuncional, ordenado, no sale jugando con elegancia, pero da el pase a quien corresponde y en situaciones complicadas la revienta. El público siempre lo premia porque moja la camiseta.

Piñera, la estrella que no brilló
Sebastián Piñera, se presentaba con grandes expectativas generadas por las propias encuestas y porque sus partidarios esperaban que en este primer debate deslumbrara, lamentablemente se le vio opaco, algo molesto desde el principio, recibió los embates del joven Enríquez, pero la intervención de Frei, acerca del informe internacional de transparencia terminó por sacarlo del debate, pudo en todo caso, exponer algunas ideas, que son las mismas expresadas en sus slogans de campaña, lo que no es una estrategia nueva, ya Lavín la usó hábilmente, porque va dirigida a los sectores más pobres y con menos capacidad de filtración de mensajes.

Sus propuestas buscan un aumento sustantivo de la planta de carabineros 10.000 más de los existentes, poner candado a la puerta giratoria de Los Tribunales de Justicia, además de preocuparse de las víctimas. Sin embargo, el tema de la píldora del día después relacionada con la violación de una niña de la comuna de La Reina, nuevamente lo dejó en una posición incómoda, por la falta de solidez entre las propuestas y la realidad.

Su empeño en cambiar el estatuto docente y facilitar reformas laborales, resultaron derechamente pifiadas en el recinto, lo que indujo al moderador a llamar al silencio y respeto, su propuesta de crear una especie de servicio de defensa del consumidor, para la banca, nuevamente desató pifias.

Este ambiente, pudo haber influido en que el candidato derechista no se sintiera a sus anchas, incluso cometió un error semántico, al referirse al tema de la corrupción cuando afirmó: “el mejor desinfectante, es la luz solar” en su discurso final, usó todos los guiños posibles: Dios, unidad, cambio, patria de hermanos, etc. etc.

Para la galería, Piñera sintió el peso del jugador del que todos esperan un destello de espectacularidad, pero pasaron los minutos y no ocurría nada, es más a los quince del primer tiempo, le hacen un túnel y lo desconcentran del partido, pierde la posición, remata y falla, lleva el balón pero no desborda, da pases insulsos, generando expectativas de gol, pero sin poder marcar la diferencia, desde la banca quedó la sensación de tener en la cancha a un jugador que en los momentos claves le pesa la camiseta, arruga, pero en los entrenamientos las hace todas.

Arrate, el viejo Crack
Arrate en cambio, hace gala de una seguridad y tranquilidad que al teleespectador lo impresiona, pareciera que toda la vida hubiera estado ahí esperando el momento, fue lúcido, claro, dedicando su mensaje al mundo de la izquierda y a la gente que votó en el plebiscito de 1988, por la concertación.

Planteó la necesidad de una nueva Constitución Política, abriendo paso a buscar mayor justicia social, dando al Estado la posibilidad de intervenir en ámbitos como la educación, salud y el derecho a la vivienda.

Su discurso por momentos, nos situaba en un Chile de otra época, esa que la mayoría de los jóvenes no conoció, con ojos ávidos los electores gozaron de un político de viejo cuño, usando correctamente los tiempos verbales, sinónimos.
Para el espectador, quedó absolutamente claro, donde está la izquierda extra-parlamentaria, su debilidad, la ausencia de una propuesta de futuro dirigida a los jóvenes, las mujeres, una sintonía mayor con los gremios y en especial el desarrollo de propuestas medio ambientales, a pesar de eso, lejos… el más culto, el mejor preparado y muy importante el que menos sintió la presión.

Para los hinchas, escuchar a Jorge Arrate, es reencontrarse con lo mejor del futbol, los que venían a ver a las nuevas figuras, se quedaron con la elegancia del toque sutil, el pase largo a lo chamaco Valdés, los desbordes y las cachañas, un Ronaldo en las canchas criollas.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Luego de 36 años, marchando hacia ninguna parte




Por Omar Cid
A las 11:00 horas del domingo 13 de septiembre, se dio inicio a la marcha convocada por la Asamblea Nacional de Derechos Humanos, con el objetivo de conmemorar a las víctimas de la dictadura militar, iniciada el once de septiembre de 1973.
Para las organizaciones de Derechos Humanos, como para los partidos de izquierda convocantes y asistentes, la actividad se da en un contexto donde los consumidores (electores) están cercanos a escoger en diciembre, la oferta menos dañina del mercado presidencial.
Las encuestas de todo tipo, auguran una consistente ventaja del candidato de la alianza conservadora, por sobre cualquiera de las dos cartas de la concertación (Frei o Enríquez) en el esquema antes descrito, las candidaturas de izquierda no pinchan, ni cortan.
Por otro lado, el número de nuevos inscritos según el SERVEL es de 22.000 personas, una cifra ínfima, si se piensa en los tres millones que se encuentran fuera del sistema electoral, como decía mi abuela “más vale diablo conocido que otro por conocer”.
Los debates silenciados
Las máquinas partidarias calientan motores, aunque la de Sebastián Piñera y los candidatos de la Santa –Alianza, hace rato que ocupan las calles, los medios de comunicación escritos como televisivos, las encuestas etc… etc. El derroche de recursos en pos de obtener alguno de los cargos públicos, resulta sencillamente vergonzoso, en especial cuando el país tiene una altísima tasa de cesantía, maquillada por los planes de empleo estatales.
El discurso oficial, nos dice que lo peor de la crisis ya pasó; los fondos de AFPs han desatado una campaña millonaria en limpieza de imagen, contratando a verdaderos símbolos de las artes escénicas, para decirnos que la cosa no es tan grave, es más, la recomendación general para la gente es no cambiarse de los fondos A y B que exhiben mayores pérdidas, Manuel Riesco, economista del CENDA y experto en el tema afirmaba en La Nación del 28 de septiembre de 2008 lo siguiente:
“Recomiendan no moverse porque son inversiones de largo plazo que luego se van a recuperar. Agregan que no importa perder ahora porque han venido ganando mucho. ¿Pero para que perder millones si se pueden resguardar en la seguridad del fondo E mientras pasa la tormenta? ¡Es masoquismo puro! Me gustaría preguntar a quiénes hacen esta recomendación adonde tienen sus propios fondos. No me extrañaría que la mayor parte de los directores y ejecutivos de AFP los tuvieran a buen recaudo en el E desde hace un año. Sería lo racional por lo demás. La gente que está a salvo en el Fondo E tiene un saldo más de seis veces el promedio general. Ello porque son personas de más edad, pero asimismo porque son los de mayores ingresos que a la vez son los más informados y se han cambiado a tiempo - hacerlo es una verdadera odisea porque las AFP ponen toda suerte de obstáculos, respuestas grabadas, password y gabelas”.
De hecho las gacelas del modelo, que deslizan su teclado en las páginas del diario de Agustín, han reconocido que en el transcurso del año 2008 el fondo A retrocedió en un 40,23% de su renta variable y el fondo E más conservador sólo el 0,93%, sin embargo y a pesar de la evidencia, se buscan todo tipo de excusas para seguir profundizando en las fórmulas neoliberales, la reforma previsional encabezada por la presidenta Bachelet si bien abre una pequeña ventana de solidaridad, deja la torta de los dueños de Chile intacta.
El escándalo de los miles de millones perdidos resulta tan indignante, que la Cámara de Diputados, estableció crear una comisión investigadora para determinar las causas de la pérdida patrimonial de miles de chilenos, según ellos, en sesenta días “los usuarios del sistema sabríamos la verdad de la milanesa” esto se dijo a mediados de marzo del 2009, estamos en plenas fiestas patrias y el silencio, como siempre el silencio…
La marcha continúa… en calle Rosas con Santo Domingo, carabineros de fuerzas especiales -por razones que solamente ellos conocen- intentan cortar la manifestación; siendo resistidos por hombres y mujeres, en el forcejeo son detenidos; Cecilia Olivares, Tania Riquelme, Lissy Torchio Olivares y Leandro Torchio Olivares, quiénes son golpeados groseramente. La dirigente del MPT Cecilia Olivares, sufrió un trauma neurológico producto de la agresión desatada por la fuerza policial, según carabineros, los detenidos merecían estar ahí por desorden público.
La libertad con que actúa la fuerza pública, cuando se trata de reprimir las manifestaciones sociales, ha estado llamando profundamente la atención de diversas organizaciones de derechos humanos, los casos más extremos se viven en las regiones marcadas por el conflicto Mapuche, la muerte del comunero Jaime Mendoza Collío, a manos de un carabinero del GOPE de Santiago; y respaldado completamente en su accionar por el general Cristián Llévenes, llegando al extremo de alterar las pruebas, como consta en un informe entregado por la policía de investigaciones, marca el límite que el gobierno de la presidenta Bachelet, se ha auto-impuesto.
El proyecto de ley que pretende castigar a los convocantes a manifestaciones públicas, por los posibles daños que se puedan ocasionar. La tremenda inversión realizada por los gobiernos de Lagos y Bachelet, para mejorar desde el punto de vista tecnológico el armamento represivo usado contra los manifestantes, el aumento significativo en la dotación de efectivos en la calle, no hacen otra cosa que allanar el camino para la fase final de la instalación de una forma democrática de nuevo tipo, al estilo colombiano, donde la represión y criminalización del movimiento social, sean elementos centrales del nuevo diseño Democrático Pretoriano en marcha.
La noche del 11 de septiembre, en los hechos se vivió un estado de excepción, con 3.000 efectivos de carabineros diseminados en diversos sectores de la capital, desde la mañana se les pudo ver en algunos retenes, con cascos de guerra, luciendo sub-ametralladoras como en los mejores tiempos de la dictadura, acompañados de carros lanza agua y zorrillos.
Los manifestantes se encuentran muy cerca del cementerio… la primera parte de la columna hace su ingreso camino al memorial de los detenidos desaparecidos, desde el cerro continuo, carabineros sin mediar aviso, lanza unas cuantas bombas lacrimógenas, para sorpresa de muchos el espacio solicitado a la intendencia se encuentra rodeado de la fuerza policial, mientras la presidenta de la agrupación de detenidos desaparecidos Lorena Pizarro interviene, carabineros comienza a disolver la manifestación, eran pasada las 13:00 horas y existía una autorización hasta las cuatro de la tarde, pero eso no importó, simplemente se hizo uso de la fuerza con la autorización de la intendencia de Santiago.
2010 año sabático
Los resultados de las elecciones presidenciales en Chile, pueden significar el traspaso de una elite a otra del poder, manteniendo los contrapesos binominales. Ninguna de las variantes cercanas al triunfo significan gran cosa, de Piñera además de las bolsas que reparte en las ferias libres, no se puede esperar casi nada, los trabajadores mantendrán con dificultad lo poco obtenido bajo los gobiernos concertacionistas, seguramente habrá un cierre definitivo de los casos pendientes de derechos humanos e incluso una ley de punto final.
Chile, será un aliado irrestricto de las políticas internacionales de EE.UU. enviará tropas a donde sea, cuestión que ya hace. El empresariado, se sentirá con el derecho suficiente de golpear la mesa las veces que lo estime necesario, porque el Estado y los empresarios serán una sola cosa.
El tema Mapuche será enfrentado con todo el rigor de la ley anti-terrorista, habrá ocupación militar de las comunidades en conflicto, unos cuantos detenidos, otros tantos muertos, o sea lo de siempre, con un poco más de sangre bajo el puente.
Festejaremos los doscientos años de independencia, sin ningún problema, el país se cubrirá de monos de palo, cartón o plástico recorriendo las calles de las principales capitales del país; el teatro, los mimos, las serpentinas y toda la farándula habida y por haber, ocupará los espacios públicos y cotidianos.
Por supuesto, no faltará el bono de verano, otoño, invierno y fiestas patrias, los campamentos serán transformados en una coctelera de casuchas de madera inauguradas por el gobernante de turno y el señor cura.
El chile profundo, estará ensimismado observando a los once gatos de la selección nacional, mojando la camiseta en Sudáfrica.
En resumen, el movimiento social durante el 2010, tendrá su año sabático, a fin de cuentas, van a ser muy pocos los que quieran seguir levantando la voz, hubo la oportunidad de hacerlo en estos dos últimos años del gobierno de la presidenta Bachelet, y los resultados son francamente escuálidos.
En términos políticos el Podemos, perdió dos años en peleas sin ningún sentido, postergando su capacidad de intervención directa en los conflictos sociales, y hoy, salvo una gran sorpresa, asistimos a su entierro.
Sucumbieron ante los juegos personalistas, se perdieron en la maraña de un poder virtual, si llega a salir uno solo de los candidatos de la Alianza entre izquierda y concertación, será el momento de evaluar su significado, pero, la disgregación de listas y candidatos hace que el sueño del doblaje en los principales bandos, sea una tarea casi imposible.
El 11 de septiembre del 2010, en algún lugar de Santiago se cortará la luz, las marchas autorizadas o no, serán reprimidas de la misma manera y quienes emprendemos la caminata nos preguntaremos ¿Hasta cuándo seguiremos marchando hacia ninguna parte?

martes, 15 de septiembre de 2009

Guerra de Cuarta Generación: Trastornando nuestras mentes hacia la sumisión total


Solo con una conciencia social de clase y una visión consecuentemente internacionalista, antiimperialista y anticapitalista podemos salir ilesos de los bombardeos de manipulación mental ...


En el contexto de la amenaza y provocación abierta que constituye para Venezuela y toda América Latina el establecimiento de siete bases militares estadounidenses en territorio Colombiano (aunado a las tres ya utilizadas por las FF.AA. estadounidenses), la abogada venezolana-estadounidense Eva Golinger advirtió, en el programa de la Hojilla del 14 de Agosto de 2009, sobre una nueva doctrina de guerra emandada recientemente del Pentágono y que se ya se estaría ejecutando en Venezuela: la Guerra Irregular , Irregular Warfare o IW por sus siglas en inglés. Por lo grave de lo expuesto por Eva Golinger en el programa mencionado cabe adentrarnos un poco más al fondo del tema para determinar cómo y de qué manera esta nueva doctrina está vinculada con otros conceptos y realidades como lo son la Guerra de Cuarta Generación y con construccciones ideológicas como lo es la llamada Teoría de las Nuevas Guerras. Esta última es un conjunto de postulados arbitrarios proveniente del ámbito académico y vendido al público como 'teoría' que data del comienzo de este milenio y se ha proyectado rápidamente hacia la esfera de las estrategias de seguridad nacional, tanto de los EE.UU. como también de la Unión Europea. Una vez que conozcamos los vínculos y con ello el contexto general en el que se enmarcan la más recientes doctrinas de guerra, podremos trazar mejor nuestras propias estrategias de defensa y hasta pensar en el diseño de una contra-ofensiva contundente.
En una actualización de la Directiva para la Guerra Irregular , emanada del Departamento de Defensa de EE.UU. que data de diciembre del año pasado, encontramos la siguiente definición del concepto:
„ .. llevar a cabo un combate de manera no convencional, tal como trabajando con fuerzas de seguridad extranjeras, suplentes y movimientos de resistencia indígena para apoyar a Estados frágiles, extender el rango de las fuerzas estadounidenses hacia áreas denegadas o combatir regimenes hostiles.“ (1)
Luego, la misma directiva procede a explicar el por qué de su actualización, refiriéndose en primer lugar a la aparición de 'retos irregulares' que amenazan la seguridad nacional de los EE.UU.:
„La directiva, siendo resultado de más de un año de debate en el Establishment de Defensa, forma parte de una transformación más amplia del papel de las FF.AA. estadounidenses en la medida en que la amenaza de un combate de gran escala en contra de las FF.AA. de otras naciones ha estado desvaneciendo, y nuevos peligros han surgido por parte de sombríos actores no-estadales, tales como terroristas que tienen en la mira a las poblaciones civiles.“ (2)
La idea de que las guerras 'clásicas' o convencionales entre los Estados nacionales tal y como se experimentaron a lo largo del siglo XX son cosas del pasado, y que las nuevas guerras del siglo XXI tienen un carácter esencialmente diferente, no es tan nueva. Hace ya algunos años que las clases dominantes us-americanas y europeas, a través de sus grandes medios de comunicación de masas, han estado sugiriendo a la opinión pública mundial que las guerras del siglo XXI tienen como protagonistas unos 'chicos malos' que operan como 'actores no-estadales', leáse terroristas. Nos dicen, que las guerras del siglo XXI son y serán conflictos armados 'intra-estadales' cuyas causas son endógenas, quiere decir, hechas en casa. Nos dicen además, que este tipo de conflictos que pueden ser de naturaleza étnica, religiosa o político-ideológica, fomentan el terrorismo, abren la puerta al narcotráfico y al crimen organizado y erosionan cualquier esfuerzo de garantizar el orden público y la seguridad interna por lo que conducen necesariamente a los llamados 'Estados 'fracasados'. Los 'Estados fracasados' a su vez ponen en peligro la paz de su región circundante y constituyen de esta manera y sobre todo en un mundo globalizado, un reto de seguridad para los países modernos o 'civilizados'. Estos últimos, por ser 'superiores' en sus valores y desempeños económicos y culturales, están obligados a intervenir en aquellas 'regiones caóticas' para 'ayudar' a sus poblaciones a recobrar o ganar el piso firme de la 'civilización democrático-occidental'.
Hay que tenerlo claro: La difusión y penetración de esta especie de ideas forma parte intrínseca de otra doctrina de guerra, que es la de la Guerra de Cuarta Generación cuyo principal teatro de operaciones es la mente humana tanto de las poblaciones de los países metropolitanos, como las de aquellos países que no forman parte de esta autoproclamada 'civilización democrático-occidental'. El objetivo principal de la Guerra de Cuarta Generación librada a nivel global, es bombardear, debilitar y luego moldear la psiquis para que los pueblos del mundo sucumban ante la realidad del capitalismo globalizado con su crisis económica-financiera, ecológica, social y moral, con su concentración y monopolización perversa de capital y poder en las manos de unas pequeñas elites, y que acepten el surgimiento de un sistema totalitario-represivo-dictatorial a nivel mundial, al que nos hemos referido en escritos anteriores como 'globofascismo'. (3) Específicamente, el objetivo de la Guerra de Cuarta Generación a escala global es lograr que las poblaciones de los países metropolitanos asuman como suya una supuesta 'misión civilizadora y pacificadora' basada en los 'valores universales de la democracia occidental' que debe extenderse por todo el mundo; y que los pueblos de la 'perifería' se rindan y acepten la imposición forzosa del capitalismo neoliberal globalizado y sus 'reglas de juego' como único camino viable para la humanidad y, por ende, desistan de buscar establecer alternativas tal y como sucede aquí en nuestras latitudes.
Los cañones en esta guerra contra la mente y psiquis humana son los medios de comunicación y la artillería, la 'información'. Entre el ejército que moviliza esta maquinaria letal figuran periodistas, columnistas, científicos, militares, estrategas, políticos, asesores, altos funcionarios de Estado, burócratas, diplomáticos y académicos, todos instrumentalizándose consciente o inconscientemente al servicio de la acumulación irrestricta del capital a escala global, no importa sus consecuencias nefastas, mil veces demostradas, mil veces padecidas. La servidumbre de los secuaces se acentúa aun más en tiempos de crisis sistémica como la que estamos viviendo en este momento, de una magnitud que solo suele 'resolverse' por medio de una devastadora guerra mundial.
Conozcamos pues a uno de los guerreros de la Guerra de Cuarta Generación, defensor del capitalismo neoliberal globalizado y expositor de la Teoría de las Nuevas Guerras: Thomas P. M. Barnett, norteamericano, analista militar y geo-estratega del Pentágono, quien identifica en su libro 'El nuevo mapa del Pentágono: Guerra y Paz en el siglo XXI' (4) una zona crítica, albergadora de conflictos internos, posibles estados fracasados y amenazas para la seguridad internacional, zona a la que denomina 'la brecha no-integrada'. Este agujero peligroso abarca a Centroamérica y El Caribe, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Guyana, Suriname, Guyana Francesa, el continente Africano con excepción de Sudáfrica, Europa Oriental, Medio Oriente con excepción de Israel, Asia Central, Indochina, Indonesia y Filipinas. La 'brecha no-integrada' contrasta con lo que Barnett llama el 'núcleo operante de la globalización', a saber: EE.UU., Canada, México, Chile, Argentina, Uruguay, Brazil, Europa Occidental, Rusia, China, India, Japón y Australia. Lo característico de la 'brecha no-integrada' según Barnett es, que está compuesta por países desenganchados de la globalización y de sus reglas del juego, por lo que constituyen una potencial amenaza y un reto para el 'núcleo operante' desde el punto de vista de la política de seguridad de Occidente. Por ende y en nombre de la seguridad estratégica del 'núcleo operante de la globalización' hay que integrar, por la fuerza militar, a los países de la 'brecha no-integrada'. Detrás de toda esta terminología aparatosa se esconde, por supuesto, una realidad sencilla: Se trata de la militarización abierta del capitalismo neoliberal globalizado y su irrestricta expansión hacia todos los rincones del planeta. En palabras del mismo Barnett:
“Si un país pierde ante la globalización o si rechaza buena parte de los beneficios que esta ofrece, existe una probabilidad considerablemente alta de que en algún momento los EE.UU. enviarán sus tropas a intervenir en este país.“ (5)
Las fronteras entre la 'brecha no-integrada' y el 'núcleo operante de la globalización' según Barnett son, convenientemente y en todo caso fluídas, y puede que un sector de la 'brecha no-integrada' termine formando parte del 'núcleo operante' tal y como efectivamente sucedió con Europa Oriental, que fue en buena parte 'integrada' (o más bien absorbida), previa reestructuración neoliberal de sus economías, a la Unión Europea en el marco de su 'Osterweiterung' (expansión hacia el este) del año 2004, año en que Barnett publicó su libro y en que diez nuevos países, entre ellos ocho de la Europa Oriental , se adjuntaron a la Unión Europea , seguidos por otros dos en el 2007. De la misma manera, Barnett tampoco excluye la posibilidad de que, al revés, una parte del 'núcleo operante' decaiga y pase a formar parte del agujero.
El equivalente europeo de Thomas P. M. Barnett es Robert Cooper, diplomático británico, estratega, asesor de la Estrategia de Seguridad Europea del año 2003, consejero principal del Alto Representante de la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea , Javier Solana, y autor del libro: 'La quiebra de naciones: Orden y Caos en el Siglo XXI. (6) Cooper, al igual que su par estadounidense, divide el mundo en dos: un mundo 'postmoderno,' concebido como asociación voluntaria de Estados tipo Unión Europea y caracterizado por su seguridad, transparencia e interdependencia de sus Estados miembros; y un mundo 'premoderno', concebido como un mundo de Estados fallidos, incapaces de mantener su monopolio de la fuerza y de defender a sus ciudadanos ante la actuación de grupos irregulares, factores de desestabilización o el crimen organizado. Cual Maquiavelo postmoderno, Robert Cooper recomienda abiertamente y sin escrúpulos el doble estándar como método de las relaciones internacionales en el 'mundo de los dos mundos' del siglo XXI:
„El reto para el mundo postmoderno es acostumbrarnos a la idea del doble estándar. Entre nosotros operamos con base en las leyes y en una seguridad de carácter abierto y cooperativo. Pero si tratamos con Estados más anticuados, ubicados más allá del continente postmoderno europeo, necesitamos recurrir a los métodos un tanto más rudos que datan de una época anterior: la fuerza, el ataque preventivo, el engaño, lo que sea necesario para tratar con aquellos quienes todavía viven en el mundo del siglo diecinueve en el que cada Estado se centraba en sí mismo. Entre nosotros, nos atenemos a las leyes pero cuando estamos operando en la jungla, consecuentemente tenemos que atenernos a las leyes de la jungla. En el período prolongado de paz que ha vivido Europa, ha habido una tentación de descuidar nuestras defensas, tanto físicas como psicológicas. Esto representa uno de los grandes peligros para el Estado postmoderno.“ (7)
Conste entonces, que tanto desde Norteamérica como desde Europa nos ven a los pueblos que conformamos 'Humania del Sur' y quienes hemos sido víctimas de sus criminales atropellos desde tiempos de la colonización, como 'agujero', 'brecha no integrada', 'mundo premoderno' o 'jungla'. Conste también, que ahora los conflictos en nuestras regiones, productos de nuestras realidades históricas en las que cada étapa desde la colonización ha sido marcada por imposiciones e intervenciones desde los centros capitalistas de poder y muchas veces artificialmente fomentados desde afuera, son conflictos 'hechos en casa', 'tribales', 'inter-étnicos', 'anacrónicos', 'propios de la jungla' pues. Una vez más transpira por cada palabra de la propaganda Occidental el odioso racismo y supremacismo. Hay un detalle interesante, sin embargo, y es cuando Cooper devela el carácter de clase de las 'nuevas' doctrinas de seguridad y defensa al subrayar lo esencial que es para el 'mundo postmoderno' establecer la creencia en una 'misión civilizadora' para convencer a propios y ajenos de sus nobles intenciones:
„Convencer a nuestra propia población a que arriesgue su vida en países caóticos en el exterior requiere que la gente cree que estamos difundiendo un evangelio, prosiguiendo una misión civilizadora o en el peor de los casos, postulando la superioridad natural de nuestra raza. Esto requiere autoestima y convicción. Luego y si queremos ser exitosos, tenemos que convencer a aquellos a los que subyugamos que lo hacemos en virtud de sus mejores intereses y al servicio de un fin trascendental.“ (8)
En su necesidad de controlar las mentes de sus poblaciones con este tipo de 'nuevos mitos' en el marco de la Guerra de Cuarta Generación y para lograr que estas afirmen el carácter cada vez más abiertamente militarista de la Unión Europea , las clases dominantes europeas cuentan con varios eruditos, verdaderos maestros en ocultar los fríos intereses de expansión económica imperial de las élites europeas detrás de una máscara de pinta moral, humanista y de ángel guardián. Entre ellos figuran Mary Kaldor, profesora británica y directora del Centro de Estudios de Gobernabilidad Global en la London School of Economics and Political Science, miembro, en su momento, del Grupo de Estudios de Capacidades para la Seguridad Europea al servicio de Javier Solana, y además autora del libro: 'Guerras nuevas y viejas. Violencia organizada en la Era de la Globalización'. (9) Kaldor argumenta en la misma línea de Cooper, cuando dice que vivimos en un mundo de dos mundos, el del 'cosmopolitanismo moderno', un mundo de paz con sus valores de inclusión, universalismo y multiculturalismo, versus el 'particularismo anticuado, premoderno', un mundo caracterizado por la implosión de aquellos Estados que no han podido con la globalización y cuya autonomía, monopolio de violencia y capacidad de defender a sus ciudadanos ha sido quebrantada, cediendo el espacio a la violencia y al colapso de la democracia. Por ende, Kaldor aboga por el lanzamiento de un 'proceso global civilizatorio' para hacer frente a la amenaza proveniente del mundo premoderno.
El sociólogo alemán Ulrich Beck, en el mismo orden de ideas, clama por un 'Imperio Cosmopolitano Europeo', una especie de ángel guardián el que, para hacer frente a las amenazas del mundo premoderno, debe imponer en este por la fuerza los valores del mundo postmoderno, en nombre del bien de los 'premodernos':
„Surge una política novedosa, postnacional del humanismo militar, esto es, la implementación de un poder militar transnacional que tiene como objetivo hacer valer el respeto a los derechos humanos más allá de las fronteras nacionales. [...] Así es como la guerra se convierte en la continuación de la moral por otros medios.“ (10)
Finalmente, Herfried Muenkler, profesor de Teoría Política en la Universidad Humboldt de Berlin y autor del libro: 'Las Nuevas Guerras' (11), define estas como caracterizadas por la 'des-estatización' y la 'asimetrización'. Esta última se refiere a la singular supremacía militar de los EE.UU. en el mundo a la que cualquier adversario sólo puede responder con estrategias asimétricas como el terrorismo o la guerra de guerrillas, según Muenkler. La 'desestatización' o descomposición de la autoridad estadal ocurre, según Muenkler, en primer lugar en los países del 'Tercer Mundo' y se debe al fracaso de los procesos de construcción de Estados modernos por culpa de sus élites inmorales y corruptas. De esta manera, Muenkler concibe las nuevas guerras como guerras de desintegración de Estados. La pérdida del monopolio de la violencia estadal da lugar al surgimiento de grupos violentos privados, que se financian por el contrabando y el narcotráfico, con consecuencias desestabilizadoras politicas y económicas para la región, por lo que Occidente deber intervenir para evitar desbordamientos mayores. En palabras de Muenkler:
„El terrorismo internacional tiene su refugio en primer lugar allá donde las estructuras estadales han colapsado en el transcurso de una guerra intra-societal. En el mundo globalizado no existe ya región ninguna en la que el colapso de las estructuras estadales no tenga consecuencias graves para las estructuras polítias y económicas globales, por lo que surge, desde el punto de vista de la política de seguridad, la necesidad por la exportación militar de estabilidad. Occidente tiene que ser preparado para asumir la pacificación armada de regiones enteras.“ (12)
'Mundo postmoderno' versus 'mundo de la jungla', 'humanismo militar', 'exportación militar de estabilidad', 'pacificación armada' – esto son las palabras claves de una amplia literatura de la que apenas hemos presentado algunos mínimos extractos y cuyos postulados han penetrado, cual balas a quemarropa, los cerebros de millones de personas en Europa y Norteamérica. Estas edificaciones ideológicas, difundidas en academia, en libros, en la prensa y en documentos estratégicos de seguridad y defensa, conforman nada menos que la legitimación 'moral' de las guerras de agresión en el siglo XXI, desconociendo cualquier noción de soberanía nacional, integridad territorial, autodeterminación de los pueblos y principio de no-intervención por considerarlas nociones arcáicas, premodernas y propias de la jungla. La 'exportación militar de estabilidad' en tiempos recientes hacia la ex-República Yugoslava , Afganistán, Irak y Palestina nos dan una muestra que es lo que nos espera con la proyectada exportación de estabilidad hacia NuestraAmérica con el establecimiento de las bases militares estadounidenses en territorio Colombiano.
Con este marco general en mente, habiendo mostrado el vínculo entre Guerra de Cuarta Generación y construcciones ideológicas como la Teoría de las Nuevas Guerras y tomando en consideración sus concecuencias para el pensamiento y las actitudes de millones de personas en los países metropolitanos, regresamos nuevamente al concepto de la Guerra Irregular , introducido y explicado por Eva Golinger en el programa La Hojilla del 14 de Agosto. Bajo la premisa de que hayamos entrado (o nunca salido) de una era de guerra perpétua, la nueva doctrina de la Guerra Irregular pasa a ser el núcleo de la 'misión militar' norteamericana en el siglo XXI. Sus fines son lograr cumplir con los objetivos estratégicos trazados a mediano y largo plazo mediante métodos no convencionales, jugando al desgaste físico y psicológico del adversario en el marco de una guerra de 'baja intensidad' prolongada en el tiempo que se libra a nivel regional y global. Todo ello para obtener control sobre territorios, recursos naturales y energéticos, corredores geoestratégicos y poblaciones. Se trata de realizar lo que el Departamento de Defensa de EE.UU. denomina en concordancia con los conceptos arriba esbozados, 'operaciones de estabilidad', cuando en realidad el objetivo de dichas operaciones es la desestabilización continua y sistemática de gobiernos adversos o no-alineados con los intereses de los EE.UU., o gobiernos quienes simplemente defienden su soberanía nacional, integridad territorial y autodeterminación – ideas y nociones 'premodernas', 'arcáicas', según las élites globales.
No sorpende entonces que el ya mencionado estratega norteamericano Thomas P. M. Barnett, en un artículo del pasado 10 de Agosto, titulado: 'Las Nuevas Reglas: La Evolución de las Fuerzas Armadas Estadounidenses', opina, en respuesta a las „condenas predecibles de elementos anti-americanos en Suramérica“, que la instalacion de nuevas bases militares en Colombia se debe a un noble 'esfuerzo por promover la estabilidad regional'. (13)
'Operaciones de estabilidad' – por cierto, hay algo acertado en este concepto: Si algo han tratado de estabiliziar sin éxito las clases dominantes globales, es este mismo sistema que es inestable por esencia: el capitalismo. No existe capitalismo sin crisis, no existe crisis sin capitalismo. La crisis económica capitalista es producida periódicamente por las contradicciones internas del sistema, siendo las guerras sus 'soluciones' periódicas. Crisis económcia y su solución, la guerra, son los dos lados de la inestabilidad capitalista. Sin embargo y en cuanto se destruya capital y fuerzas de trabajo en el marco de una guerra, se le da un nuevo aire al sistema mientras que dure la 'reconstrucción' y en ello consiste su perversa estabilidad y perversión estable.
Solo con una conciencia social de clase y una visión consecuentemente internacionalista, antiimperialista y anticapitalista podemos salir ilesos de los bombardeos de manipulación mental y trazar una estrategia que no termine entregándonos a los brazos del monstruo que estamos combatiendo.

Notas
(1) New Irregular Warfare Directive, en: Small Wars Journal, http://smallwarsjournal.com/blog/2008/12/new-irregular-warfare-directi v/ ; mi traducción del inglés.
(2) ibidem, mi traducción del inglés.
(3) Jutta Schmitt, Acerca de la función objetiva del Terrorismo y Racismo en la Era de la Globalicazión, en: Franz J. T. Lee & Jutta Schmitt, Venezuela: La Revolución Bolivariana pasando el Rubicón, Editorial IMMECA, Mérida 2006.
(4) Thomas P. M. Barnett, The Pentagon's new Map: War and Peace in the Twenty-First Century, G.P. Putnam's Sons / Penguin Group Inc., New York 2004
(5) Thomas P. M. Barnett, The Pentagon's New Map, http://www.esquire.com/ESQ0303-MAR_WARPRIMER?click=main_sr ; mi traducción del inglés.
(6) Robert Cooper, The Breaking of Nations: Order and Chaos in the Twenty-First Century, Atlantic Books, London 2003
(7) Robert Cooper, The new liberal imperialism, http://www.guardian.co.uk/world/2002/apr/07/1; mi traducción del inglés.
(8) Citado en: John Keane, Remarks on Robert Cooper's Towards a European Army?, http://www.johnkeane.net/word_docs/robert%20cooper..doc. ; mi traducción del inglés.
(9) Mary Kaldor, New and old Wars. Organized Violence in a Global Era; Stanford University Press, Stanford-California 1999.
(10) Ulrich Beck, Ueber den postnationalen Krieg, en: Blaetter fuer Deutsche und Internationale Politik, Nr. 8 / 1999, S. 987, (http://www.blaetter.de/artikel.php?pr=467) mi traducción del alemán.
(11) Herfried Muenkler, Die neuen Kriege, Rowohlt Verlag, Reinbek 2002
(12) ibidem, pág. 221, mi traducción del alemán.
(13) Thomas P. M. Barnett, The New Rules: The Evolution of the U.S. Military, http://www.worldpoliticsreview.com/article.aspx?id=4181