martes, 28 de julio de 2009

Exitoso coloquio Gabriela y Sandino




Sala Ercilla Biblioteca Nacional

Gabriela y Sandino

Diálogos para América






El Centro de Estudios Francisco Bilbao, en conjunto con diversas organizaciones sociales y políticas, cerraron las actividades de la semana antiimperialista, en la sala Ercilla de la biblioteca nacional con la presencia de la señora embajadora de Nicaragua María Luisa Robleto, el investigador Pedro Pablo Zegers, director del Archivo del escritor de la Biblioteca Nacional , y el escritor Omar Cid, quienes dialogaron sobre la relación fraterna y solidaria entre el patriota nicaragüense Augusto César Sandino y la premio Nóbel chilena, Gabriela Mistral.
Ante una sala con público de diversas edades, especialmente jóvenes, a las 19:00 horas del martes 28 de julio, culminaron las actividades de la semana contra el imperialismo, dedicada especialmente a conmemorar los treinta años de la revolución sandinista.
La señora embajadora de Nicaragua, se refirió a algunos aspectos de la vida del prócer Augusto César Sandino, mientras Omar Cid abordó el contexto político e histórico que marcó a ambas personalidades. En tanto, Pedro Pablo Zegers, se refirió a aspectos de la vida de Gabriela Mistral que permiten entender su apoyo irrestricto a la causa del “general de hombres libres”.

Equipo CEFB

Tierra y escritura



por: Omar Cid


Las vertientes post-modernas conservadoras del análisis literario, han puesto énfasis en la importancia del texto poético, como un objeto cultural globalizado, excluyendo al sujeto creador y su historia.
Si hay algo que distingue al llamado pos- estructuralismo, es su abandono a las cargas de responsabilidad que el arte y la literatura asumían en su sentido moderno, es decir, la relación que se produce entre creación y factores como: la vida, la sociedad, el mundo.
Para los hijos de la pos-modernidad literaria, la crítica no es más que un dispositivo de los llamados "juegos del lenguaje" ubicados en el terreno de lo estético.
La muerte del sujeto expresada por Michel Foucault, se entendió como la necesidad de indagar en los archivos, en la letra, enterrando una de sus lecturas más electrizantes, entender el fenómeno moderno, como un proceso de exterminio del factor humano.
En este contexto social y cultural, la obra poética de Lucila Godoy Alcayaga (Gabriela Mistral) nacida en Vicuña, en los terruños de Coquimbo el 7 de abril de 1889, es una piedra en el zapato o dicho de manera académica, es un agente teórico que atenta contra las lecturas pos-modernas y globalizadas, de lo que se entiende por producción literaria.
No se trata de excluirla de las antologías, como lo hicieran los vanguardistas Volodia y Anguita, el problema es desde donde analizar su obra, ¿Es posible hacerlo solamente desde el código? La propia Gabriela cierra las puertas a esa posibilidad, en los Cursos de Verano efectuados en Montevideo durante 1931[1].
En ese relato cuenta a los asistentes sobre su modo de escribir, las horas en que puede hacerlo, los lugares que escoge para lograr el fin deseado, lo hace, con el oficio y la decisión de quien no desea ser interrumpida…sin embargo, hay una parte del relato que establece una unidad casi monolítica en su estilo y que termina ligándola a la tierra, su tierra, guardada en una bolsa de plástico y que la acompañó durante los largos años de su estancia en otros países “Salí de un laberinto de cerros y algo de ese nudo sin desatadura posible, queda en lo que hago, sea verso o sea prosa”.
¿Es posible hablar de Gabriela y excluir el valle del Elqui, Monte Grande? A mi juicio estamos en presencia de una mujer que fue parte de una transición cultural, social y política y ello se traduce también en sus escritos.
La voz de Gabriela, es en principio el vocablo de la tradición, no la que se refiere en forma repetitiva al pasado, se trata del concepto explorado por Gadamer[2] a partir de las lecturas de Heidegger, Gabriela era en sí misma -un ser-en la tradición- una habitante de la naturaleza y del proyecto de compresión humano:
“A beber luz en la colina
te pusieron por lirio abierto
y te cae una mano fina
hacia el álamo de mi huerto”
(Extracto del poema: A la virgen de Colina, Texto Desolación)

O en su sentido más existencial: “Esta alma de mujer viril y delicada, /dulce en la gravedad, severa en el amor,/ es una encina espléndida de sombra perfumada,/ por cuyos brazos rudos trepara un mirto en flor”. (Poema La Encina, Del texto Desolación)
Pero su interpretación de la realidad no se agota ahí, su propia búsqueda de la palabra es un esfuerzo moderno de auto-reflexión -en ese sentido- la campesina, la muchachita criada en los alrededores de Coquimbo, se levanta con un proyecto propio.
Defiende su condición de mujer, de escritora incipiente en los medios de la comarca, defiende su sustento con el oficio de educadora, para luego (muy tarde) ser reconocida como maestra.
El chile patriarcal, terrateniente y oligárquico cierra sus puertas a la mujer de origen humilde, la modernidad bajo los ojos de los socialismos nacientes la desconocen, “tanto canto a lo divino, les quita el sueño”.
No quiere correr la suerte de los profetas y emigra, sin embargo, su único domicilio es el de la infancia[3].
Pero eso no la aleja del mundo, su compromiso es abierto, la educación va a jugar un papel fundamental para unir voluntades, viaja a México, recorre América Latina, solidariza con los pobres del continente.
Recién en 1951 se le otorga el premio Nacional de literatura, téngase presente que en 1945 la academia sueca la premia con el Nobel literario, tuvieron que pasar largos seis años, para que los señores de las letras chilenas la reconocieran. Su salud en ese periodo era delicada y se excusa de no asistir a recibirlo, pero en su mente se encuentra la tierra natal y dona la totalidad del premio a los niños del valle de Elqui, es decir, devuelve en un mudo gesto, el don que cultivó con sus manos e intelecto.
¿Puede estudiarse la poesía de Gabriela, descartando el sentido místico del entorno de la infancia? Una de las particularidades de Monte Grande, es la conexión que se produce entre el hombre y el silencio, entre el hombre y la sequedad del entorno. Incluso hoy, con toda la tecnología existente, el viaje tiende a languidecer los sentidos.
Para quienes están acostumbrados al murmullo de la ciudad, a la poesía del ombligo escrita en los rincones del parque forestal, visitar el valle del Elqui, es recién comenzar a entender el largo camino de la niña que quería ser profesora y terminó siendo poeta.
En Tala, la mujer instalada y reconocida emite un susurro: “Quiero volver a tierras niñas” el mundo la acoge, pero en su corazón sufre el extrañamiento.
Gabriela, la mujer de América, sabe que tiene una pertenencia, se reconoce como campesina de un lugar donde el agua y cada árbol reciben la veneración de los hombres y las mujeres, porque lo demás es la soledad de las tierras desérticas, del monte esquivo.
Su misticismo no sólo es natural, tiene una fuente religiosa, el catolicismo, ese de la espiritualidad franciscana, no se siente bien en las grandes catedrales, prefiere las iglesias de pueblo, las pequeñas capillas.
“No remuevas la tierra. Deja, mansa
la mano y el arado; echa las mieses
cuando ya nos devuelvan la esperanza,
que aún jesús padece”.
(Del poema Viernes Santo, Texto Desolación)
En 1960, tres años después de su muerte, sus restos son trasladados al lugar donde comenzó su idilio con la poesía, Monte Grande, era su voluntad, con ello se cumplía el periplo. Ulises, en versión femenina volvía al terruño y Penélope sigue tejiendo versos en el silencio de la noche.



[1] “Yo escribo sobre mis rodillas y la mesa de escritorio nunca me sirvió de nada, ni en Chile, ni en París, ni en Lisboa.
Escribo de mañana o de noche, y la tarde no me ha dado nunca inspiración, sin que yo entienda la razón de su esterilidad o de su mala gana para mí…
Creo no haber hecho jamás un verso en cuarto cerrado ni en cuarto cuya ventana diese a un horrible muro de casa; siempre me afirmo en un pedazo de cielo, que Chile me dio azul y Europa me da borroneado. Mejor se ponen mis humores si afirmo mis ojos viejos en una masa de árboles.
Escribo sin prisa, generalmente, y otras con una rapidez vertical de rodado de piedras en la Cordillera. Me irrita, en todo caso, pararme, y tengo siempre al lado, cuatro o seis lápices con punta porque soy bastante perezosa, y tengo el hábito regalón de que me den todo hecho, excepto los versos.
En el tiempo en que yo me peleaba con la lengua, exigiéndole intensidad, me solía oír, mientras escribía, un crujido de dientes bastante colérico, el rechinar de la lija sobre el filo romo del idioma.
Corrijo bastante más de lo que la gente puede creer, leyendo unos versos que aún así se me quedan bárbaros. Salí de un laberinto de cerros y algo de ese nudo sin desatadura posible, queda en lo que hago, sea verso o sea prosa”

[2] Heidegger y la tradición filosófica en Gadamer, Luís Enrique de Santiago, Universidad de Málaga “El «proyecto arrojado» que es el Dasein no debe desvincularse de la tradición. De ahí que la definición heideggeriana del Dasein como «ser-en-el-mundo» se «traduzca» ahora desde la hermenéutica de Gadamer como un «ser-en-tradición», fundamento de la comprensión y del autoconocimiento del hombre.


[3] Continuo viviendo a la caza de la lengua infantil, la persigo desde mi destierro del idioma, que dura ya veinte años (Petrópolis, Brasil,1945)

lunes, 20 de julio de 2009

De pié junto al pueblo hondureño


“Aún estoy vivo”
Francisco Morazán.

¿Es hoy, ayer, mañana?
Tú lo sabes.
Pablo Neruda
Los escritores, poetas y artistas
de Latinoamérica y el mundo.

Decimos:La resistencia popular al golpe del poder económico, político y militar en la nación centroamericana es heroica. La gente resiste pacificamente frente a tanques, fusiles, brutales palizas de la policía y los grupos paramilitares, organizaciones entrenadas en el Plan Cóndor y el siniestro intervencionismo imperial de los años de plomo en la región.
Escritoras y escritores, poetas y artistas de Latinoamérica estamos de pié uniendo nuestras manos a las del pueblo hondureño, sus escritoras y escritores, poetas y artistas, rechazando el golpe de Estado civico militar perpetrado contra el sistema democrático hondureño el pasado 28 de junio de 2009, que conllevó al secuestro y alejamiento de su patria del Presidente Constitucional Manuel Zelaya; la imposición del estado de sitio maquillado de toque de queda; la brutal represión desatada contra el pueblo de Honduras que resiste la dictadura; los asesinatos del periodista Gabriel Fino Noriega, el joven Isis Obed Murillo y del activista del Bloque Popular, Roger Bados; la militarización de los medios de comunicación y la censura a la libertad de expresión y la libertad de prensa, violaciones del elemental derecho a la información amparado por la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, suscripta también por Honduras; la continua y premeditada violación de los derechos humanos; el ejercicio pleno desde el poder de facto de la violencia física y psicológica contra el pueblo, con agresiones, persecuciones, amenazas, encarcelamiento y torturas;
Suscribimos el “Manifiesto 1” de los escritores, docentes, intelectuales y artistas de Honduras, emitido en las horas del golpe de Estado. uno de cuyos artículos declara:
Ante la brutal arremetida de las instituciones usufructuadas por una minoría económicamente todopoderosa, sus medios de manipulación y sus cómplices amanuenses en contra de esta propuesta es indispensable la unidad del pueblo para evitar que se imponga, una vez más, un fracaso histórico que va a sumirnos en la ignominia, la sumisión y la imposición de la misma democracia clasista y autoritaria a caballo sobre los partidos tradicionales y las oligarquías.
Decimos que junto al avasallamiento de todos los derechos del pueblo hondureño también se ponen en peligro todos los derechos de los pueblos latinoamericanos para determinar con libertad su propio destino.
Denunciamos que la instauración en el poder hondureño del dictador Micheletti y sus colaboradores está dando paso a la acción de grupos terroristas que intimidan, amenazan y persiguen luchadores de la resistencia democrática, y que el accionar subversivo que se ampara en las filas golpistas es el mismo protagonizado por militares y paramilitares que en los años 70 y 80 conformaron los aberrantes escuadrones de la muerte.
Exigimos el inmediato restablecimiento del presidente Manuel Zelaya Rosales y una contudente acción judicial - de las cortes nacionales e internacionales-, que echen luz sobre el proceso golpista, sus mentores, partícipes y colaboradores, y todas y cada una de las responsabilidades que a estos competan por las violaciones a la Constitución de Honduras, a los derechos humanos y particularmente por los asesinatos cometidos bajo la dictadura.
“La soberanía reside en el pueblo"
También decimos que el pueblo de Honduras tiene derecho a discutir y reformular su Carta Magna, a vivir con dignidad y justicia y a forjar su propio destino; que las naciones no son el coto de caza privado de los selectos grupos de poder ni pueden sobrevivir arrodilladas a los mandatos de los poderosos de mundo; que cada hondureña y cada hondureño son artífices de su propio futuro y sólo ellos deben decidirlo sin intervenciones de organismos internacionales que no siempre observan el interés de los pueblos.
Demandamos el cese del toque de queda, el pleno ejercicio de la libertad de expresión y de tránsito, la libertad inmediata de los detenidos, el respeto a la vida y a la integridad física de cada hondureño y de los miembros del Gabinete Ministerial y familiares del Presidente de Honduras y el reposicionamiento en sus puestos de los trabajadores y funcionarios cesanteados o suspendidos por los burócratas golpistas.
Recordamos que la Constitución de Honduras establece en su Artículo 2 que la suplantación de la soberanía popular y la usurpación de los poderes constituidos son tipificados como delitos de Traición a la Patria y su responsabilidad es imprescriptible.
Exhortamos a los gobiernos latinoamericanos y del mundo entero a asumir con firmeza el respeto a la voluntad soberana del pueblo hondureño, no reconociendo, por ningún motivo, a los usurpadores de las funciones que le corresponden únicamente al presidente Zelaya.
Hacemos un llamado a mantener, profundizar y fortalecer la unidad y la integración del pueblo latinoamericano, a fin de prevenir y evitar todo intento golpista en cualquier país de nuestra Patria Grande.Llamamos a todos los escritores, poetas, intelectuales, artistas del mundo, y sus organizaciones representativas, a sumar su solidaridad y estrechar fraternalmente la causa de la libertad, la democracia y la soberanía del pueblo hondureño.19 de julio de 2009.
Firman:
SECh: Sociedad de Escritores de Chile
Festival Internacional de Poesía de La Habana.
Festival Internacional de Poesía “Palabra en el mundo”
Revista de poesía Isla Negra
ARGOS IS-MOVIMIENTO CULTURAL.
Centro de Estudios Francisco Bilbao.
Invitamos a todas las Organizaciones Culturales a firmar y opinar de este documento:
Birgitta Jónsdóttir, Islandia, Member of the Icelandic Parliament for the Civic Movement, poet and activist. Claudia Korol, Argentina, revista América Libre. Carlos Carbone, Argentina, poeta. La Bodega del Diablo, Argentina. ARGOS IS-MOVIMIENTO CULTURAL, revista literaria. Festival de poesía en la Montaña, Rep. Dominicana. Encuentro Internacional de Poetas "El turno del ofendido" de El Salvador. Taty Hernandez, poeta, República Dominicana Ingrid Storgen: comunicadora social. Miguel Sotomayor, Cuba, poeta. Juan Nuñez, escritor, Argentina. Rannel Báez, Honduras. Nélida Martinelli, poeta, Buenos Aires, Argentina. Daniel Montoly, Escritor dominicano residente en Estados Unidos. Rubén Derlis, Argentina. José María Pallaoro, City Bell, Argentina. Ildefonso Finol, Centro Antiimperialista Simón Bolívar, Coordinador General Olivier Herrera Marín, escritor. España Rosina Valcarcel, poeta. Perú Julio Rudman, periodista. Argentina Francisco Azuela, poeta y escritor. México César Bisso, poeta. Argentina Dr. Julio Cuevas, escritor, Universidad Autónoma de Santo Domingo-UASD. - Norma Segades, Argentina, Movimiento Internacional de Escritoras "Los puños de la paloma". Ana Silvia Mazía, traductora, Argentina. Alexis Díaz Pimenta, España, Proyecto Oralitura. Enrique Llopis, músico, Argentina. Eduardo Nogareda, poeta y comunicador radial, Uruguay. ADRIANA VEGA (TINTO) ESCRITORA ARGENTINA, Junta Editora de la Revista Exégesis, Puerto Rico. Junta Directiva del Festival Internacional de poesía en Puerto Rico (FIPPR). Juana García Abás, escritora Cuba. José Luis Fariñas, pintor y escritor, Cuba. Eduardo Lucio Molina y Vedia, escritor y periodista argentino residente en México. Tania Nesterovsky, poeta Venezuela-Canadá. Asociación Solidaridad Latinoamericana (Asolatino), Berna, Suiza. Alexis E. Robles, Poeta, Panamá. Gregorio Echeverría, Escritor, Argentina. Dra Marta Raquel Zabaleta , Economista, investigadora, poeta. Elisa Dejistani (Escritora y poeta y artistaplástica) Argentina. Pablo Mora, escritor y poeta. El teatro de Títeres "Las Bestias Peludas"; Alejandro Seta y Cristina Ledesma, Buenos Aires, Argentina. María Montserrat Bertrán, Bs As Argentina. Pablo Marrero, escritor, Argentina. Gustavo Pereira, poeta, Venezuela. Santiago Bao-Argentina, escritor y poeta. Yvan Silen, poeta, Puerto Rico. Casimiro de Brito, Poeta e Escritor, Lisboa, Portugal. Proyecto Cultural SUR-San Juan. Portal digital Identidad Sanjuanera. Proyecto Cultural SUR-Montreal. Proyecto Miércoles de Poesía de Costa Rica. Oscar Peretto, músico Argentina. Rivista di letteratura Isola Nera, Giovanna Mulas, escritora, Italia. Paulina Vinderman, poeta, Argentina. Máximo Kinast Aviles, escribiente panfletario, Chile. Carmen Rita Centeno, escritora, Puerto Rico. David Heap Profesor de lingüística, Canadá. Edgar E Ramírez Mella, poeta y pintor Aguada Puerto Rico. Oswaldo DeLeón Kantule, Artista Plástico Panamá-Canadá. Norma Mejías Espinar, Aguada, Puerto Rico. Ariel Ruíz Crespo Artesano, promotor y facilitador Cultural Aguada Puerto Rico. Francisco Garzaro, Mesa de Poesía, Guatemala. Alfonso Velis Tobar, poeta, escritor e investigador, Canadá-El salvador. Miguel Ángel Cruz (lobo), Partido de los poetas, Argentina. Colectivo Creativo de Comunicación-Cultura "Los Ojos de la Mente", Argentina. Miguel De Boer, escritor, Argentina. Rafael Innocente, Novelista, Lima-Perú.
Invitamos a todas las Organizaciones Culturales a firmar y opinar de este documento en: Comentarios
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Escritores que se sumaron a la declaración "Democracia para Honduras":
Raúl Zurita, Poli Délano, Arturo Corcuera, Jaime Quezada, Jorge Boccanera, José María Memet, Cristina Larco, Edmundo Moure, Reynaldo Lacámara, Gregorio Angelcos, Víctor Sáez, Alfredo Lavergne, Jorge Montealegre, Malú Urriola, Pía Barros, Florentino Carreño, Iris Fernández, Ximena Troncoso, Mauricio Barrientos, Rosa Alcayaga, Estela Socias, Marcelo Lira, Jorge Etcheverry, Ángela Montero, Amaro Labra, Gladys Muñoz, Renzo Rosso, Ligia Uribe, Carlos Ordenes Pincheira, Astrid Fugellie, Yolanda Duque, Cecilia Palma, Horacio Eloy, Omar Cid, Norton Contreras Robledo, Luis E. Aguilera, Jorge Bousoño, Guido Eytel, Ingrid Odgers, Gabriel Impaglione, América Comparini, Rocío L`Amar, Ulises Rodríguez Zamarripa, Moira Brncic, Galel Cárdenas, Ali Khadaoui, Driss Allouch, Paola Valverde, Luis Arias Manzo, Eduardo Robledo, Rafael Rosado, Siboney del Rey, Nina La Porta, Carlos Benitéz Villodres, Vilma Reyes Díaz, Paulo Monteiro, José Pablo Quevedo, Ernesto Joaniquina Hidalgo, Virginia Vidal, Edmundo Moure, Guillermo Bown, Raquel Flores, Mario Cabrera, Lucyna Yánez, Leonel Ampuero, Dennis Ávila Vargas, Paola Valverde Alier, Norberto Salinas Ollé, Eugenio Redondo, Etnairis Rivera, Marcela Sojo, David Robinson, Diogenes de Sinope, Ruth Baltra Moreno, Mairym Cruz-Bernal, Elizabeth Cazessus, Adriano Corrales Arias, César Guisado, Teresa Calderon, Freddy Ñáñez, Yevgeny Yevtushenko, Patricio Manns, James Cockcroft......
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domingo, 19 de julio de 2009

Golpe de Estado

(O el antídoto, contra el virus de las asambleas constituyentes)

por: Omar Cid

Mientras el derecho internacional experimenta una evolución, desde el reconocimiento de los derechos individuales a los sociales y políticos, mientras el mundo genera una institucionalidad como la Corte Penal Internacional y toma conciencia de la devastación del ecosistema.
Entre gallos y media noche, un presidente democráticamente elegido, por el sólo hecho de convocar a una consulta ciudadana no vinculante, ha sido derrocado con la fórmula trasnochada de la sedición militar.
El presidente Manuel Zelaya, fue sacado de su casa, separado de su familia y expulsado de su país en horas de la madrugada del día domingo, ante la incredulidad de los veedores internacionales, convocados para ser testigos del proceso de consulta democrática en marcha.
La respuesta internacional no se hizo esperar, la OEA (con un Insulza timorato y dubitativo) abrió la cesión, el emisario venezolano interrumpió al Secretario General, para informar que en esos precisos momentos la Canciller de Honduras Patricia Rodas y los embajadores de Nicaragua, Cuba y Venezuela en el país en crisis, estaban siendo secuestrados. De ahí en adelante, sólo cabía una postura clara y concreta; restitución del orden institucional en Honduras y que el presidente Zelaya vuelva a su cargo, en el mismo sentido se han pronunciado organismos internacionales como: la ONU y la Unión Europea.
En Chile "La presidencia Pro Tempore de Unasur Michel Bachelet” rechazó enérgicamente el intento de golpe de Estado en Honduras y entregó su más pleno y decidido respaldo al gobierno Constitucional del Presidente de la República, José Manuel Zelaya (Agencia France Press 28/06/2009).
En tanto, la oposición de derecha en Chile, ha sacado una declaración contradictoria y despectiva, Carlos Larraín presidente de Renovación Nacional, manifestó su apoyo al rechazo de la Cancillería a la acción militar en Honduras, pero luego argumentó "a veces un golpe de Estado se justifica cuando en el orden del estado anterior de las cosas, la situación anterior era muy mala, por ejemplo como lo hizo don Ricardo Lagos, cuando las fuerzas armadas venezolanas tuvieron al presidente (de Venezuela, Hugo Chávez) fuera del cargo".(Diario La Tercera 28-06-2009)
Léase, señora presidenta o futuro presidente de Chile, si el golpe es contra Venezuela o cualquiera de sus aliados principales, bienvenido sea -y de pasada- restregó en el rostro del ex-presidente Ricardo lagos, una de sus decisiones más torpes, apoyar la intentona golpista de la derecha venezolana, contra el presidente Hugo Chávez.
Este discurso, ratifica lo que la mayoría de los chilenos ya saben, los grupos conservadores de nuestro país, luego de 36 años de haber propiciado un golpe de Estado no han aprendido nada del significado profundo de la democracia.
Aprendieron de sus equivocaciones, las naciones integrantes de la OEA, el gobierno norteamericano del presidente Obama, sin embargo la derecha patronal, militarista e integrista de Chile, luce con orgullo su sello golpista. En el programa Tolerancia Cero del domingo 28 de Junio, el panelista Juan Eichholz abogado y columnista del Diario de Agustín, argumentó -sin siquiera arrugarse- que el presidente Zelaya, jugó en el límite de lo permitido por la institucionalidad de su país, por tanto, el golpe de Estado era una medida coherente.
Tal como se escuchara en la sesión extraordinaria de la OEA, la historia vuelve a repetirse y los argumentos, por exquisitos que parezcan en bocas de algunos, producen los mismos efectos: persecución, temor, censura, y muerte.

Asambleas constituyentes un virus contagioso

Las constituciones elaboradas luego de largas dictaduras, estaban hechas a la medida de los sectores más privilegiados de América Latina, se trata de cuerpos legales restrictivos, excluyentes, defensores de la propiedad privada y de los negocios por sobre cualquier cosa.
Surge desde distintos lugares del continente la necesidad de innovarlas, es el presidente Hugo Chávez quien inaugura el procedimiento de las transformaciones en 1999, al promulgar la nueva constitución, Bolivia siguió los pasos transformando su cuerpo legal, al igual que Ecuador.
En Chile, la discusión sobre la constitución de 1980 se encuentra en las bases de la lucha contra la dictadura, su votación fraudulenta, sus postulados excluyentes y propagadores del modelo neo-liberal, la convierten en la principal herramienta jurídica, donde la derecha puede escudarse de los cambios que la sociedad chilena necesita.
¿Qué pasaría si la presidenta Bachelet, se atreviera a realizar una consulta nacional sobre la conveniencia o no de cambiar la constitución?
Sin lugar a dudas, la acusarían de colocarse al margen de la ley, recurrirían al tribunal constitucional, pedirían a la corte suprema su pronunciamiento con el fin de entorpecer el libre pronunciamiento del soberano.
Escucharíamos encendidos discursos en defensa de la institucionalidad, nos ahogarían con la teoría de los equilibrios, de la protección del modelo económico, porque cualquier alteración es sólo la vuelta atrás, a ese pasado de ácidos debates, con representaciones minoritarias que lo único que hacen es alentar la división social y levantar problemas que nadie quiere escuchar. Mejor sigamos acá, bajo la protección de un cuerpo legal ordenado y seguro, aquí el ciudadano común y corriente sabe que no tiene qué pito tocar y no se ilusiona, se dedica a trabajar a producir, para que el patrón esté contento y en un gesto de profunda equidad, reparta un bono de producción de diez mil pesos cada seis meses.
Pero si la opción es el riesgo, la tozudez, ya sabemos que uno de los caminos ofrecidos por la alianza de derecha, es la de volver a encontrarnos con el gran antídoto universal contra el sueño de una asamblea popular y constituyente. El Golpe de Estado.

sábado, 18 de julio de 2009

La Izquierda hora cero



O reflexiones en torno a las andanzas de Camilo

por: Omar Cid



He leído con mucha detención un par de textos que abren una polémica no sólo de interés para los militantes del partido socialista, sino de las izquierdas en su conjunto, se trata de las exposiciones difundidas en el Centro de Estudios Avance por los autores Gregorio Angelcos con su texto “Don Camilo y la doctrina de la intolerancia…” y Eduardo Rojas con su respuesta “Una crítica de la crítica a Camilo”.

La previa
La discusión en sí corre un peligro, reducirse a la persona y actuación del actual timonel del Partido Socialista de Chile, Camilo Escalona, cuestión que me parece segundaria en beneficio de dos elementos centrales que Angelcos intuye y enfatiza: en primer lugar, el origen y desarrollo de una tecnocracia partidaria (partido de funcionarios) y el segundo, la imposibilidad de un debate serio y abierto, en el contexto de una orgánica funcional a un modelo de equilibrios políticos mediatizado por la arquitectura política denominada “Concertación de partidos por la democracia” y “Alianza por Chile” o democracia de los acuerdos, barnizada por el sistema binominal, hoy en evidente crisis.
En el caso de Rojas, hay tres argumentos sobre los cuales se hace necesario reflexionar el primero la extraña calificación de “tradición discutidora” que para un no militante del Partido Socialista -como es mi caso- suena a una especie de secuencias históricas de berrinches dentro de lo colectivo o a una pandemia de neurosis que de vez en cuando, afecta la estructura partidaria.
Si es así, ser parte de esa corriente no representa ningún merito e incluso por su ubicación en el primer párrafo del texto, si mis clases de lógica no me fallan, nos encontraríamos frente a un bello ejemplo de Argumentun ad Hominem o falacia de descalificación a la persona por sobre el argumento.
Más allá de esa primera debilidad en la respuesta, hay dos temas esbozados por Eduardo Rojas, que necesitan mayores grados de precisión, se trata de conceptos como el intelectual colectivo que acuñara eficazmente Antonio Gramci, y el de hegemonía que se desprende de la propia discusión, pero que a mi juicio, escapan absolutamente al contexto cultural y político del Chile actual. Hablando claro, el papel del intelectual colectivo fue determinante dentro de una estructura partidaria donde los militantes, adherentes y simpatizantes, jugaron un rol de primer orden, en lo que se llamó en otro momento histórico -los partidos de masas- ahí tuvo sustento la búsqueda colectiva e individual en beneficio de un proceso (revolucionario), el cual a todas luces hoy no existe.
El reclamo de Rojas a Angelcos, se hace entonces desde un paradigma hoy imaginario, lo grave es que esta constatación no afecta únicamente al Partido Socialista, se trata de la realidad de las izquierdas chilenas, atomizadas, desterritorializadas, escasas de militantes e incapaces de generar una hegemonía social, en el sentido gramciano del concepto, o sea, una sociedad civil organizada y capaz combatir las nuevas formas de dominación (de la que el PS, hoy es parte) y por otra, sentar las bases que permitan disputar todos los terrenos de lucha al modelo en ejercicio.
Hoy, el llamado socialismo ubicado en la concertación tiene otra apuesta, la hizo a finales de la década de los ochenta y la llevó a su extremo, cuando sus cúpulas ubicadas en el Senado y en la Cámara de Diputados, votaron formalmente, el ingreso de Chile al TLC con EE.UU. Ese es el momento en que el PS y su tradición nacional y popular son borradas, no se atrevían a renunciar a ciertos principios en los congresos partidarios, pero con esas firmas, Chile quedó en los hechos, optando en las urnas entre dos derechas, como lo expusiera tiempo atrás, el diputado Sergio Aguiló.
Derrotados, los pequeños grupos disidentes, optaron por diversas estrategias, las que hoy día se manifiestan en renuncias masivas y otras más bien simbólicas, donde la dirección y su rostro más visible, aparecen como una entidad inútil, amparada únicamente en una fuerza, más parecida a un poder fáctico que a una convicción intelectual y política de largo alcance.

Izquierda hora cero
Asistimos a un proceso de re-articulación del cuadro político, donde la banalidad, la simulación, el espectáculo, la insensibilidad, los personalismos a ultranza y por supuesto la corrupción, ya están instalados.
Chile, es la copia feliz del edén norteamericano, pero con antinomias difíciles de superar, el modelo cultural y político binominal pareciera tener sus horas contadas y la concertación no es la única afectada por el proceso, se trata de un fenómeno que cruza a todas las orgánicas políticas y que se acrecienta en momentos eleccionarios.
No se trata de una descomposición generalizada, son las élites dominantes, las que se re-ubican en posiciones distintas de la mesa, para continuar el mismo juego de naipes, Frei y Marco Enríquez, son los rostros visibles del nuevo escenario.
El Juntos Podemos, tampoco puede sacar cuentas alegres, de su intención de crecimiento y sumatoria, ahora resulta que poco a poco se convierte en una fuerza inepta, a la hora de sumar nuevos actores, el acuerdo suscrito con la concertación ( Frei) puede convertirse en una olla de grillos, sino se transforma en un triunfo contundente, que permita sostener a la concertación en el gobierno y abrir cupos parlamentarios para los integrantes del conglomerado.
Todos los casos descritos, de acuerdos o desacuerdos afectan a las cúpulas dirigentes, lo que indica que las salidas buscadas, no han sido sometidas a ningún tipo de consulta con los movimientos sociales, se trata entonces de una crisis que se resuelve desde arriba o en el seno mismo de la red del poder.
El mundo social, pareciera transitar en un ámbito paralelo, donde por momentos surgen vasos comunicantes, pero luego se establece la distancia, la huelga de los profesores, los días de toma y posterior desalojo de los deudores habitacionales, son muestras de una estrategia supeditada muchas veces, a las demandas de salario y protección social, sin un capital político, el apoyo al gobierno de Bachelet, es un signo del vacío existente.
Desde lado opuesto de la historia, otro sector político el (MPT) propone una construcción desde la base, donde obviamente la acción directa (protesta, toma, huelga) será empleada las veces que se necesite, hay todavía un exceso de sobre carga ideológica, que tendrá que someterse al juicio social donde podrá depurarse y lograr un paso adelante, en su apuesta orgánica, nacional y popular.
Para los que están construyendo desde las redes del poder, los resultados de las elecciones, marcarán el inicio o el fin de una apuesta, la concertación clásica en unidad al Juntos Podemos se juega la vida, su versión maquillada tipo MATRIX en formato Enríquez Ominami, se medirá en terreno con sus pares. A diferencia de otras contiendas, aquí los perdedores, no tienen como ocultar nada.
Será la hora cero, donde las cúpulas expuestas más allá de su ombligo, tendrán la oportunidad histórica de ser reconocidas en su triunfo o tendrán que reconocer la más funesta de las derrotas.
Cruzando la cordillera el ex-presidente Nestor Kichner, ante el fracaso, tuvo la valentía de renunciar de inmediato a su liderazgo, la diferencia fue estrecha, dos o tres puntos, empate técnico se diría en Chile, pero las cosas les puedo asegurar no se prestarán para dobles lecturas.
En Chile extrañamente, los generales derrotados salvan ilesos, de cuanta batalla se les ponga por delante; y de seguro sean cuales sean los resultados de diciembre, tendrán sólo dos posibilidades lavar sus derrotas o esconder la cabeza, hasta que amaine la tormenta, porque no habrá renuncias, ni pasos al costado, ni delegación de mando.

Nota de lectura “PURO CHILE, Suciedad democrática” por Gregorio Angelcos, Omar Cid y Alfredo Lavergne

por: Jorge Etcheverry
Doctor en literatura, traductor

Este libro de crónicas, impreso en Chile en noviembre de 2008, con el patrocinio del Centro de Estudios Francisco Bilbao, se pasea de manera informal y porqué no decirlo interesada por los vericuetos de la vida social, económica, política, cultural e institucional del país. Interesada porque estos cronistas están muy lejos de ser neutrales, o incluso quizás objetivos. Menos objetiva todavía fue mi lectura de estas crónicas que se superponen a mi imagen de Chile, formada de noticias, visitas ocasionales, conocimiento de segunda mano y testimonio de terceros.
Pero esa distancia quizás tenga una cierta productividad, menor eso sí que la de los textos periodísticos de este libro, emitidos desde fuera de la corriente principal. La única manera de mirar o examinar una sociedad se da desde el margen. Eso es casi un cliché de la crítica literaria llamada ‘modernista’ y que definiría clásicamente a la novelística en sus variadas formas desde Balzac y Pérez Galdós hasta José Donoso. Y en estas diversas crónicas que intentan describir y explicar al Chile contemporáneo hay un punto de vista crítico, distanciado, marginal pero participativo en la trama del vivir. La marginalidad relativa frente a instituciones y colectividades les da ese distanciamiento necesario para ver con cierta perspectiva el ‘estado de cosas’, esa mezcla de objetos, procesos, sociedad y gente que percibimos en un momento dado. La crónica es un punto de cruce entre el periodismo informativo y la literatura de ficción. Es una práctica híbrida, entre el ensayo, el reportaje, la narración y la poesía. Es un vehículo muy apropiado para comentar la realidad chilena, quizás irremediablemente multifacética, pero que adolece del impulso hacia la homogenización que acompaña el ingreso del país a la economía global como el jugador más importante a nivel regional.
Los temas tratados reaparecen una y otra vez en anécdotas distintas. Entre los que abarca Gregorio Angelcos destaca la contradicción entre la necesidad de seguridad pública, exacerbada por la presencia del crimen en los medios, y la imposición del control y la represión, que se pueden ejercer sobre la misma población que pide seguridad. Podemos notar su percepción de los espacios contiguos y heterogéneos que constituyen Santiago, la pérdida de la privacidad, el negocio de la seguridad, que hacen ingresar a la ciudad a la órbita de las megaciudades globales. De alguna manera desfilan por estos artículos diferentes aspectos del modo de vida del Chile de la globalización, “un modelo que niega en su esencia ciega e integrista, el respeto del otro, anula la solidaridad, y destruye las relaciones de cooperación entre iguales”. El mundo moderno llega por la pantalla chica, la moda se adopta con un fervor propio del mundo colonizado, como ese de Humberto Peñaloza, el personaje de Donoso encandilado por el brillo de la aristocracia. El país parece ahora deslumbrado por la vida y milagros de la Metrópoli que entre quienes vivimos en el Norte es en realidad la chatura y tedio del mall comercial. Los medios de comunicación de masas ya no informan sino vehiculizan ese mundo alternativo. Desde la perspectiva mía de chilensis‘dinosaurio’ que más encima vive afuera, en un país que forma parte del club de los países anglosajones desarrollados, veo en los textos periodísticos de Angelcos el detalle y la ‘vividura’, como diría Unamuno, de esa sociedad global capitalista que se superpone a la realidad de base chilena que muchas veces no calza. Se ven por ejemplo los partidos familiares —conservadores y liberales en Canadá, republicanos y demócratas de EEUU—, que con diferencias mínimas se alternan en la administración y disfrute de un sistema con dinámica propia, ahora en proceso de implantarse en Chile: “la política se desarrolla como una abstracción, donde el debate conceptual no es la preocupación por la presencia de estas crisis, sino, un pretexto para la inculpación mutua entre actores que luchan por reproducirse en el poder”. Junto a la despolitización, la ira y la violencia potencial de las masas, aparece la dependencia del crédito, relativamente nueva, para satisfacer necesidades incluso básicas, la inalcanzabilidad económica de los anhelos que de algún modo el crédito pasa a satisfacer, dotados de un atractivo de que carecen en el mundo desarrollado anglosajón donde esos bienes muestran su realidad rutinaria de objetos de consumo sin aura mitológica. El nuevo sistema trae consigo la acentuación de la ética del trabajo, del ahorro, de las virtudes de la moderación e incluso del ascetismo. Aparece el tema de la dicotomía de la sociedad de consumo, que universaliza y estandariza, versus el arraigo en lo tradicional y pasado que de algún modo particulariza y personaliza. Así este autor dice en “el arte de desvestirse” que estamos condicionados a “conservar una imagen esbelta, para responder a los parámetros estéticos de una sociedad que nos manipula desde sus espacios publicitarios, condicionando la voluntad de generaciones que carecen de sensibilidad para apreciar, una noche de bohemia, acompañado de un pernil con papas cocidas, un buen pipeño y un poco de conocimientos para sostener una conversación” y que “la comunidad está dividida entre los que están en este cuadro de alienación y los que todavía resisten y levantan banderas por un modelo cultural más humano y verdadero”.
Por su parte, Omar Cid inicia su sección con una nota sobre “Los grandes chilenos del Siglo XX”. Allí dice “Las piedras, por insignificantes que parezcan hoy, ante la tecnología de la muerte, juegan y han jugado un papel digno, en la historia de muchos pueblos”. Exalta el derecho a la rebelión, su importancia política y simbólica. Aunque las barricadas ya no cambian la historia, reaparecen en estos artículos. En la calle, tan importante en las ciudades, junto al agua potable y las alcantarillas. Esta rebeldía es la respuesta de las multitudes urbanas y una expresión de las tremendas presiones ejercidas sobre su supervivencia. A esto se suman las respuestas de personeros y políticos frente a ese tipo de unidad efímera de las masas “porque finalmente a la hora de encontrarse en la calle, se genera un factor de unidad y solidaridad, que se echa de menos en otros ámbitos de la vida nacional” La imposición homogeneizadora de la globalización provoca la “disección del cuerpo social, la intervención desmedida del mercado en todos los asuntos, tanto públicos como privados, el omnímodo poder empresarial”
¿Hay alternativas de reconocimiento cultural étnico, autóctono, de las mujeres, los nuevos inmigrantes, los estudiantes etc.? ¿O los imperativos del modelo económico van a crear otra versión de la polarización existente en el mundo desarrollado, entre la ‘corriente principal’ y la creciente gama de marginalidades? Más allá de su glosario reivindicativo y desarrollista, ¿está consciente la izquierda tradicional de la relación de dependencia que ha determinado la historia incluso cultural de Chile hasta nuestros días, pese a que sus elites nunca han tematizado este fenómeno? El cuerpo es de alguna manera un campo de batalla, detrás de la moral se suele esconder el integrismo religioso, ya que “¿Qué razones se esconden detrás de esta avanzada moral que tiene como objetivo el cuerpo femenino? Una posible respuesta sería el integrismo religioso de un sector de la elite nacional, uniendo incluso a sectores progresistas en lo social pero conservadores cuando se trata de los comportamientos genitales.”
Se rastrea y presenta una definición ‘canuta’ de la ética del trabajo y el ahorro de raigambre protestante anglosajona: "la elite económica chilena se define a sí misma en función de una serie de virtudes e ideales que son considerados fuente de distinción y superioridad. Estos son la habilidad de dominar los instintos con el propósito de conseguir ciertos fines, o la formación del carácter; en segundo lugar, la estabilidad y coherencia del discurso moral; tercero, la distancia o indiferencia frente a los bienes materiales y su uso para el bien común y, finalmente, una alta estima de la familia como el espacio donde la persona realiza su potencial". Respecto a una salida, existe el coraje de decir que “La utopía desarmada duró lo que tenía que durar, es responsabilidad nuestra asimilar los aciertos y errores de la estrategia de los partidos de arraigo obrero”. O afirmar que “La crítica más exacerbada y dañina, proviene de los sectores de la ultra-izquierda, que con su actitud de provocación extra-argumental, en vez de ofrecer salidas enturbian más las cosas”. Uno podría preguntar a qué corresponde la ultraizquierda en este Chile con espectro político corrido hacia la derecha. Se menciona “el factor delincuencia y narcotráfico”, que parece ser un efecto de la entrada de los países a la globalización.
En el caso de Alfredo Lavergne, poeta que estuvo exilado en el Québec por más de dos décadas y que sin ningún empacho reconoce el título de ‘retornado’, los textos son una selección de unas Actas Literarias, crónicas que Lavergne presenta y publica una vez al mes. Son entonces, una recreación de la realidad por medio de relatos sociales, crónicas testimoniales o ‘prosa descomprometida’, como él mismo la llama. Sin embargo, eso de ‘descomprometida’ no nos queda muy claro. Un recurso narrativo a que el autor recurre con frecuencia es la de un mini sketch, como cuando el vecino de viaje pegado a la ventana del Lan-Chile llama a la azafata y le pide un “Cuba Libre”, que llama “Ron Cola”, lo que revela sin más la ideología y posición del compañero ocasional de vuelo. Son viñetas que revelan las contradicciones y alternativas, así el personaje unificador subyacente dice en el aeropuerto “Como si los chilenos estuvieran exentos de una posible respuesta de la resistencia iraquí o como si la ultra izquierda chilena hubiera sido devorada por su codo caníbal”. Son escenas o cuadros atravesados por personajes en germen, básicamente voces que emiten las partes de una pluralidad fragmentaria de discursos que representarían a Chile “vamos a Las Lanzas. Tu hermana y algunos amigos nos esperan para beber unas “chelas”. Cervezas, dicen los retornados y algunos cometas que pasan por Chile”. Así se despliega la crítica del estado de cosas, en este contrapunto entre el narrador-personaje onda Ulises volviendo a Itaca y la sociología fantástica, o fantasmagoría de los grupos, con que se va encontrando este cronista sólo a medias serio, o más bien serio más allá de la seriedad hasta la risa del escepticismo, crítica que incluye a la cultura y a sus administradores, cosa que no será nueva para muchos. Uno de sus personajes pregunta, quizás haciéndose el tonto “¿No tienen los poetas apoyo del organismo de solidaridad económica para creadores, FONDART?” y sigue “Homero aseguró a la mesa, que existía mucho “pituteo” y una “banda de socios”. Así, los diversos hilos que componen la realidad chilena, desde los elementos ontológicos y del paisaje, el proceso económico, las opciones políticas, el nivel de vida y los hábitos de trabajo, queja y diversión de los chilenos se entrecruzan en estas crónicas ‘literarias’ adquiriendo la falsa veracidad de la expresión casual, dialógica o conversacional, en una especie de fresco que se puede resumir o expresar en este párrafo, casi una prosa poética: “La cordillera dejó el deshielo y abrió todos sus pasos. Hay menos ruido en la comuna de Ñuñoa, porque los loritos cuidan en secreto sus nidos, que en la copa de los pinos balancea este cálido diciembre. Los santiaguinos vestidos de manga corta esperan que pase el bus del Transantiago menos cargado. Los estudiantes se retiran de la mesa de negociación que produjo la larga huelga que pretendía una educación menos clasista. Las calles castigan a los viejos pobres disfrazados de colorados señores pascueros, los chilenos se visten de fin de año y no son pocos los daños que ocurrieron”. Este recurso a cuasi personajes que encarnan opiniones a veces encontradas es una herramienta literaria que da carne y hueso a estas ideas y modos de ser. Por debajo de estos hilos, miradas y voces encontradas hay una mirada fría pero a la vez apasionada, inventariando y juzgando, quizás comparando esa realidad a medias situada entre el Chile de antaño y el globalizado. Pero al mismo tiempo cotejando esta realidad con la experiencia en el exilio en el norte, en fin retomando el carácter marginal de la mirada del cronista, inmerso en un ámbito que respecto a lo que le concierne como escritor, pareciera afianzar desde su institucionalidad a los grupos de influencia y de poder, pero que también secreta esa marginalidad que alguna vez aseguró el florecimiento de la rica poesía chilena.
Puro Chile. Suciedad Democrática: Fue presentado en noviembre del año 2008, en la Feria del Libro de Santiago, ante una alta concurrencia y se encuentra a disposición de los lectores. previo encargo al correo del blog.